Tan grande y tan humilde, cantó lo de todos, hizo grande a los desconocidos e inmensos a los más grandes… y cantó con todos, con esa voz tan necesaria, que arrancaba desde lo más profundo de su corazón…  

Creo que a todos se nos viene a la cabeza algún tema interpretado por ella que en algún momento de la vida nos hizo mella o nos interpeló o simplemente nos hizo sentir alguna cosquilla. Mami enseguida me dijo “Alfonsina y el mar”, yo rápidamente recordé la de Charly “Cuando ya me empiece a quedar solo”, creo que fue por esas épocas del ’83 cuando todo empezaba a tener un sentido diferente...  

Pocas almas en el mundo trascienden las fronteras, las generaciones y seguirán vigentes para toda la vida. Ella parafraseaba a Facundo Cabral para definir su profesión de cantora: «Cantante es el que puede y cantor el que debe».  

Nuestra Negra, “nuestra” con tanto orgullo argentino, usaba su voz como una herramienta de lucha: mientras cantaba, exigía, con fuerza y alegría, por la unidad entre los hermanos latinoamericanos, por los derechos de pueblos originarios, por la justicia social.  

Profundamente inolvidable... eternamente recordable...

Leonardo Simoniello